Los limpiadores con efectos abrasivos deben utilizarse cuando realmente no hay otra solución; en realidad, debes tratar de preservar la pátina de la moneda y si debes realizar alguna operación de limpieza, comenzar con limpiadores sin efectos abrasivos. Estos procedimientos garantizan que no se perderá ni un átomo de la superficie metálica. A continuación, todos los secretos sobre la limpieza de monedas sin abrasivos.
Eliminación de grasa o suciedad adherida
Debes colocar las monedas en un recipiente de material plástico, silicona, vidrio o cristal… u otro excepto metales. Llena el recipiente con agua destilada a temperatura ambiente y vierte un poco de lavavajillas líquido; a continuación, sumerge las monedas y déjalas el tiempo necesario (pueden ser horas o días) como para que la suciedad comience a desprenderse. Luego puedes ayudar a finalizar el proceso frotando con las manos o con un cepillo muy suave. La limpieza se completa con el aclarado y secado de la moneda con un paño limpio.
Eliminación de restos de PVC
En algunos casos las monedas pueden tener adheridos restos de PVC como resultado de algún método de envasado o preservación. Los restos de PVC deben ser eliminados ya que a lo largo del tiempo se convierten en una película verdosa. Para ello te recomendamos utilizar un trozo de algodón embebido en alcohol común del que se puede adquirir en las farmacias. Algunos numismáticos utilizan acetona, pero ésta debe ser manipulada con cuidado ya que es un producto muy inflamable. Sin embargo, es efectiva para la eliminación de restos de cinta de embalar o pegamento.
Métodos de limpieza de acuerdo al metal
No todas las monedas pueden limpiarse de la misma manera ya que los metales reaccionan en forma diferente. Las monedas de oro no deben limpiarse ya que de hecho el oro es un metal muy noble y prácticamente no se oxida; sin embargo, si muestran un color anaranjado, puedes probar con el método de agua y jabón o la limpieza con alcohol. Para limpiar monedas de bronce se recomienda sumergirlas en aceite de oliva aunque este procedimiento es muy lento y puede demandar meses. Si la moneda es de cobre, evita absolutamente utilizar productos químicos con ácidos ya que no solamente puedes alterar la superficie de la moneda sino que, como consecuencia de las reacciones electrolíticas, las monedas de cobre adquieren una pátina de aspecto artificial y desigual. Te aconsejamos sumergir la moneda en jugo de limón: removerá la suciedad y obtendrás una brillante y remozada moneda de cobre.
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