Dentro de las múltiples posibilidades que ofrece el coleccionismo de monedas, un rama interesante es la de monedas de la suerte. En realidad, la creencia en las monedas de la suerte es una de las más antiguas del mundo… y con razón pues ¿quién no ha tenido un golpe de suerte después de encontrar una moneda? Sin embargo se considera que hay algunas monedas y billetes que atraen la suerte más que otras. Hoy vamos a conocerlas.
Clásicos de la buena suerte
Podríamos decir que casi cualquier moneda puede ser mensajera de la buena suerte; de hecho, las costumbres de arrojar monedas en una fuente, colocar monedas en los calcetines o incluir una moneda cuando se regala una billetera o monedero, representan el deseo de fortuna y prosperidad. También se apela a la buena suerte cuando se arroja una moneda “a cara o ceca” para dirimir alguna cuestión. Las monedas clásicas de la buena suerte son las chinas y japonesas, en especial las que tienen un agujero central, como también el medio penique inglés anterior a 1971 (cuando Gran Bretaña adoptó el sistema decimal). En cuanto a billetes, el de dos dólares estadounidenses con el retrato del presidente Thomas Jefferson, impreso en 1929, es el más antiguo en circulación de los Estados Unidos. Debido a su rareza, se considera que posee poderes mágicos.
Monedas protectoras
Algunas monedas se ven como verdaderos talismanes contra la mala suerte, la enfermedad o los designios del destino: por ejemplo en el mundo náutico es habitual colocar monedas debajo del mástil para que éste se mantenga recto. Las monedas de los reyes también se consideran talismanes, como las del rey Carlos II de Inglaterra, llamadas “monedas tocadas”, con poderes curativos, las San Luis y del rey Juan I de Portugal, y las de José Bonaparte fabricadas con el bronce de campanas. Entre las monedas vaticanas, a las que ya nos hemos referido en otro artículo, hay unas muy especiales, llamadas “de sede vacante” que son las que se emiten entre la muerte (o más modernamente, dimisión) de un Papa y la designación de otro. La más antigua y famosa es la moneda de Viterbo de comienzos del siglo XIII, ya que el cónclave para elegir un nuevo papa duró… ¡tres años (1268 a 1271)!
Las monedas de San Eloy
¿Sabías que San Eloy es el patrono de los numismáticos? Se debe a que este santo francés, Eloy o Eligio, quien vivió entre los años 588 a 660 de nuestra era, fue designado al frente de la Casa de la Moneda de París por el rey Clotario II. Durante su función, antes de ser obispo de Noyon, se acuñaron 13 variedades de monedas de oro, con las iniciales del santo, el busto del rey en el anverso y una cruz en el reverso, que son consideradas de muy buena suerte. El día de San Eloy es el 1° de diciembre.
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